18. Consejos tras la cirugía de LCA

19 de junio de 2025

Fisioterapia LCA: cuidados y ejercicios tras la reconstrucción del ligamento cruzado anterior

La fisioterapia LCA (rehabilitación tras la reconstrucción del ligamento cruzado anterior) es esencial para recuperar la movilidad y fuerza de la rodilla. El ligamento cruzado anterior (LCA) conecta la tibia con el fémur y brinda estabilidad a la articulación. Tras la cirugía, los cuidados inmediatos y los ejercicios suaves en las primeras semanas son clave para evitar complicaciones y lograr una buena recuperación. A continuación se describen los principales consejos para el postoperatorio inmediato y las primeras 2-4 semanas:

Inmediato postoperatorio: primeros cuidados

Importancia de la Fisioterapia LCA en la recuperación

  • Control del dolor y medicación: Siga estrictamente la pauta de analgésicos recetados. Tomar la medicación a intervalos regulares ayuda a mantener el dolor bajo control en los primeros días.

  • Aplicar hielo (crioterapia): Use compresas frías en la rodilla 15-20 minutos cada 2-3 horas para reducir la hinchazón y adormecer la zona. Siempre coloque un paño entre el hielo y la piel para evitar quemaduras.

  • Elevación y compresión: Mantenga la pierna operada elevada por encima del nivel del corazón cuando repose o duerma. Esto, junto con un vendaje de compresión suave, ayuda a drenar el exceso de líquido y disminuye la inflamación.

  • Movilización leve: Realice movimientos suaves de tobillo y dedos del pie (flexionar y apuntar) para activar la circulación sanguínea y prevenir coágulos. También puede flexionar y estirar la rodilla con cuidado, dentro del rango que el fisioterapeuta indique.

  • Cuidado de la herida: Mantenga la incisión limpia y seca. Cambie los apósitos según las instrucciones médicas y revise a diario enrojecimiento, hinchazón o secreción, que podrían indicar infección. No moje la herida hasta que el médico lo autorice (evite bañarse o nadar).

  • Uso de ayudas para caminar: Comience a caminar con muletas evitando apoyar todo el peso sobre la rodilla operada. Inicialmente camine solo con la pierna sana y coloque solo una parte del peso en la otra pierna (apoyo parcial). Mantenga el reposo tanto como le sea posible y utilice almohadas para elevar la pierna incluso al dormir.

Ejercicios suaves en los primeros días

Durante la primera semana, se inician ejercicios muy básicos para evitar rigidez y fortalecer ligeramente la rodilla sin forzarla. Algunos ejemplos prácticos son:

  • Movilización del tobillo y deslizamientos de talón: Acostado o sentado, flexione y extienda el pie (bombas de tobillo) y deslice el talón hacia el cuerpo mientras la rodilla se dobla ligeramente, luego extiéndala (deslizamiento de talón). Estos movimientos sencillos mejoran el flujo sanguíneo y evitan la hinchazón.

  • Contracciones isométricas de cuádriceps: Sentado con la pierna estirada, apriete el músculo del muslo (cuádriceps) presionando la parte posterior de la rodilla contra la cama o una toalla durante 5-10 segundos, sin mover la articulación. Repita varias veces. Este ejercicio fortalece el cuádriceps sin exigir la rodilla.

  • Elevación de pierna recta: Tumbado boca arriba con la pierna sana flexionada y la operada estirada, contraiga el cuádriceps y levante lentamente la pierna operada unos centímetros sin doblar la rodilla. Mantenga la elevación unos segundos y baje controladamente. Haga 2-3 series de 10 repeticiones cuando pueda sin dolor.

  • Ejercicios de movilidad de rodilla: A partir del segundo día puede intentar deslizar el talón hacia arriba y abajo (como en deslizamiento de talón anterior) para ganar algo de flexión. Todos los ejercicios deben ser suaves, sin dolor agudo. Realícelos 3-5 veces al día en series pequeñas.

Todos estos ejercicios son parte de la fisioterapia postoperatoria y deben realizarse sin dolor intenso. Su fisioterapeuta indicará la intensidad adecuada. Estos movimientos tempranos ayudan a prevenir coágulos sanguíneos y atrofia muscular.

Uso de muletas y progresión de la carga

En las primeras semanas generalmente se recomienda evitar apoyar toda la pierna operada. Se suele caminar con muletas durante aproximadamente 2-3 semanas después de la cirugía. Inicialmente camine sin cargar peso en la pierna lesionada (apoyo nulo o parcial) y mejore progresivamente según la tolerancia:

  • Muletas: Use muletas para desplazarse y apoye solo lo necesario con la pierna operada. Esto no solo protege la rodilla, sino que también ayuda a reducir la inflamación al activar la circulación de la pierna sana.

  • Apoyo parcial: A partir de la tercera semana postoperatoria suele permitirse empezar a apoyar ligeramente la pierna en el suelo, de forma gradual y siempre siguiendo las indicaciones del médico o fisioterapeuta.

  • Sin muletas: Cada paciente progresa de forma distinta, pero para la semana 4-6 la mayoría puede caminar sin muletas y sin brindar un peso excesivo al principio. No fuerce los saltos o giros; evite dar pasos largos o subir escaleras rápido en estas primeras semanas.

La carga de peso debe incrementarse poco a poco. Si el médico indicó usar una rodillera o férula, úsela durante el tiempo recomendado. Siempre avance según lo marque su evolución y las revisiones con el equipo médico.

Semanas 2-4: progreso en la rehabilitación

Tras los primeros 7-10 días, puede intensificar gradualmente la fisioterapia sin perder la precaución. En estas semanas siguientes:

  • Continuar con movilidad y fortalecimiento: Siga realizando ejercicios de flexo-extensión suaves de la rodilla y fortalecimiento de cuádriceps e isquiotibiales a diario. Por ejemplo, repita las elevaciones de pierna recta y añade contracciones musculares manteniendo contacto firme en la rodilla.

  • Bicicleta estática: Si dispone de bicicleta fija, puede usarla sin carga de resistencia para mejorar la movilidad articular. A partir de la segunda o tercera semana, hacer pedaleo ligero ayuda a ganar flexión y activar los músculos sin impacto.

  • Mantenimiento de hielo y compresión: Continúe aplicando hielo 20-30 minutos después de la sesión de ejercicios para reducir molestias residuales. Mantenga una venda de compresión si nota hinchazón.

  • Fisioterapia supervisada: Asista a sus sesiones con el fisioterapeuta. La terapia profesional personalizada permite adaptar los ejercicios a su progreso y enseñarle técnicas de fortalecimiento seguras (ejercicios de cadena cerrada, propiocepción básica, etc.).

  • Evitar impacto y cargar la rodilla con cuidado: Aún no realice saltos, correr ni actividades de alto impacto. Su meta en este período es recuperar la amplitud de movimiento completa y fuerza básica sin dolor. Sea paciente y no compita con el dolor.

Conclusión

El postoperatorio inmediato y las primeras semanas tras una reconstrucción del LCA son críticos para una buena recuperación. Siga las indicaciones médicas y de su fisioterapeuta: control del dolor, cuidado de la herida, ejercicios suaves y progresión gradual de la carga. Cumplir un plan de rehabilitación claro y estructurado (fisioterapia LCA) facilitará recuperar la fuerza y movilidad de la rodilla. Con constancia y paciencia, estas primeras semanas sentarán las bases para volver a sus actividades habituales de forma segura.

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